martes, 26 de noviembre de 2013

LA CONTAMINACIÓN DEL TRÁFICO AGRAVA LAS CRISIS DE ASMA INFANTIL

Madrid (EFEverde).- Las crisis en los niños con asma infantil -uno de cada diez- se agravan en esta época del año como consecuencia de la contaminación, según ha alertado hoy la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (Seicap).


El frío seco favorece un aumento de los niveles de contaminación. Un estudio realizado en Barcelona y publicado en octubre en la revista Environmental Pollution ha permitido comprobar cómo “los niveles de partículas tóxicas son más altos en los meses finales del otoño, siendo las peores las procedentes de vehículos y la combustión”.

“Los distintos componentes del gasoil, así como las partículas de dióxido de azufre o dióxido de carbono presentes en el aire, agravan la sintomatología de los niños asmáticos o con alergias respiratorias al actuar como irritantes de las vías aéreas”, ha explicado el doctor Javier Torres, coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria de la Seicap.

Otra investigación reciente realizada en diez ciudades europeas y publicada en The European Respiratory Journal concluyó que “los niños que viven a menos de 75 metros de una vía pública con mucho tráfico tienen un 14 % más de probabilidades de desarrollar asma”.

Los niños con rinitis alérgica al tener obstrucción nasal y respirar por la boca no filtran el aire y también pueden empeorar ante este tipo de irritantes. El 9 % de los menores de 5 años y entre el 20 y el 30 % de los que tienen de 13 a 15 años padecen esta alergia respiratoria, según datos de la Seicap.

La contaminación interior también puede agravar los síntomas por la acumulación de ácaros de polvo. “En épocas de bajas temperaturas están más concentrados en las casas, porque tenemos la calefacción alta y ventilamos menos”, ha expuesto Torres.

Asimismo, influye la humedad relativa ya que los ácaros proliferan con temperaturas próximas a los 21 grados y una humedad del 60 %.
Sin embargo, ha advertido, tampoco los ambientes secos son buenos para estos niños, ya que la sequedad de las vías aéreas es perjudicial.

El pediatra alergólogo ha hecho hincapié en que la inhalación de vapores procedentes de calderas de gasoil o del humo del tabaco, “más concentrado en esta época al mantener las casas más tiempo cerradas son bastante dañinos para los asmáticos”.


El otoño es “sin duda”, para Torres, “la peor época para estos niños ya que es una época que además coincide con cambios de temperatura y más humedad lo que eleva el riesgo de infecciones que también repercuten de manera más agresiva en ellos”. EFEverde

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